La actuación toma un giro distinto con la presentación del mimo Jerome Murat. El fondo negro, las líneas blancas, destrezas en las manos, temas filosóficos actuados (el ser, el rostro, el cambio, la constancia).

Este espectáculo le ha ganado prestigio a escala internacional. Se trata de un número en el que interviene un solo artista, pero en su personificación (como estatua) tiene dos cabezas. Ambas gesticulan, se mueven.

Cual si se tratara de un elemento común tras de una vitrina, este personaje se mantiene inmóvil. Pero, en cosa de minutos, comparte su vitalidad con todo aquel que lo observa.

Esta presentación invita a una contemplación que puede fundirse con la magia, la poesía y los sueños. La experiencia remite a la visita a un museo, con la fascinación que ejerce en el público admirar la inmovilidad de las estatuas que, en el caso de esta presentación, adquieren vida.

El teatro silente recobra vida con la puesta en escena de Murat.

El Librero presenta a:


Jerome Murat, el mimo francés